Auburn Speedster Boattail 851-1935

(Este post está tomado de un blog que tuve hace un tiempo.Como he elegido el Auburn para lucirlo en la cabecera, me ha parecido que podía ser un buen modo de estrenarse)

Dicen que las bombillas dan más luz cuando están a punto de fundirse. Algo parecido ocurrió cuando Auburn puso a la venta en 1935 su modelo 851.

La marca Auburn había tenido sus altos y y sus bajos,desde su fundación en 1900. Estaba a punto de tocar fondo en 1924 cuando se hizo cargo de ella Erret Lobban Cord, quien la reflotó con una agresiva campaña de ventas.

Acorde con el momento histórico, los años veinte fueron felices para la factoría Auburn. Sin embargo, no hay juerga sin resaca, y el crack del 29 supuso un hachazo para la economía estadounidense del que muchos no se recuperaron. Entre ellos, la compañía Auburn y sus hermanas Cord y Duesenberg. Así, en 1937, estas tres marcas echaron el cierre, dejándonos en la memoria algunos de los coches más hermosos de su época.

Entre ellos, claro, el 851. Más que un vehículo, el 851 fue una operación de marketing en toda regla. La idea no era tanto que fueran un negocio en sí, como que atrajeran público a los concesionarios. Una vez allí, se suponía que comprarían otros vehículos Auburn, Cord o Duesenberg (todos pertenecientes a la misma compañía), menos extremos y caros.

Por ello, por cada Speedster que se vendía, la empresa “perdía” 300 dólares. Algo parecido a lo que hacen ahora las marcas con los concept cars, o a lo que ha hecho el grupo Volkswagen con el Bugatti Veyron (si un millón de euros te parece caro, agradece que no te hagan pagar los 6 millones que ha costado).

Tomando la base de un speedster anterior, Cord encargó a Gordon Buehrig un rediseño. Hay quien afirma que no fue él, sino un empleado suyo, Vincent Edward Gardner, quien se encargó de poner sobre el papel las líneas del nuevo modelo. Fuese quien fuese el autor, debió de pensar que no era momento de ser humilde. El resultado lo podeis ver en las fotos. Guardabarros inmensos, cola de barco, y actitud de “aquí estoy yo” en cada milímetro de chapa. Bonito como pocos.

Y no era sólo una bella carrocería. El motor, encargado a Augie Duesenberg, también tenía cosas que decir. Los Auburn 851 y 852 (el mismo modelo, en las versiones del 35 y el 36, respectivamente) salían en sus versiones Supercharged con un certificado de haber alcanzado las 100 millas por hora (160 km/h). Nada mal, para un coche de los años 30.

Las estrellas de Hollywood fueron clientes asiduos de los modelos Cord, Duesenberg y Auburn. Entre ellos, Gary Cooper, Clark Gable o la más diva entre las divas: a quien podemos ver en la siguiente foto.

(Marlene con su 851. “Am I cool or what?…”)

Y es que el glamour llama al glamour. Cargar un coche de artilugios es relativamente sencillo; sólo hace falta dinero y, generalmente, mal gusto. Ideal para ninfómanas politoxicómanas, ricas herederas de imperios hosteleros. Pero el glamour es otra cosa. Glamour es que tu coche tenga un compartimento como éste, diseñado para llevar los palos de golf.

(Chúpate esa, Paris Hilton.)

Entonces, ¿qué, compramos uno…?. No será fácil, puesto que se hicieron unos 500 en su época. Pero no nos deprimamos, hay otras opciones. Conscientes de la fascinación que produce el diseño del 851, algunos fabricantes se pusieron ya hace tiempo a fabricar réplicas.

Podeis ver una de estas empresas aqui. No es que sea barato, llevarte uno de estos a casa te deja en el bolsillo un agujero de unos 115000 dólares. Pero la inversión puede ser rentable si lo usas bien. Por ejemplo, para ir a la boda de una ex que te abandonó, para que te recojan en él a la puerta de la cárcel o para irte de una gala de los Oscars con las manos vacías.

¡Qué sabrán ellos…!

Sefton

Enlaces:

Galería de Auburn Speedster

Club de Auburn, Cord y Duesenberg

Speedster Motorcar