The Pogues

Todo empezó a finales de los setenta. Mientras los Clash se convertían en el mejor grupo de punk hasta la fecha y los Sex Pistols hacían el cretino, Shane MacGowan tramaba la creación de The Pogues, grupo destinado a traer al folk la energía y  la mala leche del punk.

Porque no deberíais fiaros de la pinta de buenos chicos que lucen en la foto que abre el artículo. Sí, eran excelentes músicos, y conocían las raíces folk. Pero lo suyo era hacer el cafre. De hecho, el grupo se llamaba en origen Pogue Mahone, que es una adaptación al inglés de la expresión irlandesa “póg mo thóin” . Y significa: “bésame el culo”.

Así que de dar saltitos con el Lord of the dance, nada. Más bien, éstos lo apedrearían y se abalanzarían a meterles mano a las que bailan en segunda fila. (Con mis bendiciones, por cierto. A lo primero y a lo segundo).

Folk macarra, o punk celta. Ponedle la etiqueta que queráis. Pero olvidáos de la imagen de buenos chicos con jerseys de lana cantando alrededor de una chimenea. Porque The Pogues eran básicamente punk. Entendiendo el punk en sentido amplio. Como ese estilo musical con el que en algún momento de la noche acabas vomitando en el baño. Y luego vuelves y te pides otra.

De la pluma de MacGowan salieron la mayor parte de las letras. Y cuentan historias de borracheras tremendas (“A pair of brown eyes”) de fantasmas y apariciones (“Sit Down by the Fire” o “The turkish song of the Damned”) o de celebraciones que acaban “de aquella manera”, como el funeral de “The body of the american”. Y también se pasean por ellas unos cuantos sin hogar, unos pobres chaperos, o los 6 de Birmingham.

Y no, no parecen temas muy alegres. Pero los Pogues llevan sangre irlandesa corriendo por las venas. Y eso marca una diferencia. Los irlandeses son asi. Han tenido una historia tremenda, con emigración masiva, pobreza brutal, hambruna de la patata y ocupación inglesa. Y ponerse ellos a cantar y tú a bailar es todo uno.

(En el otro extremo están los portugueses que, sin sufrir tragedias masivas, se han inventado el fado. Y le pones un fado a Bugs Bunny y pide la baja por depresión.)

The Pogues se fundaron en 1982, y Shane McGowan permaneció en ellos hasta 1991. Su adicción al alcohol, y sus problemillas de personalidad le costaron la salida del grupo. Y por lo que parece, sólo cabe admirar la enorme paciencia del resto de componentes por haberle aguantado 10 años.

Después de la salida de McGowan, The Pogues han seguido sacando discos que, teniendo buenas canciones, no llegan al nivel de los de la etapa McGowan. En el 2001 se reunieron otra vez y ocasionalmente han dado conciertos desde entonces. Gracias a una oportuna llamada telefónica, pude disfrutar de un trocito del que dieron en Vitoria, en el Azkena Rock. (Gracias, Natalia).

Y por lo visto, el bueno de Shane, estaba hecho un asco, incluso para sus niveles. Y eso es mucho. Y abre una tercera vía, en cuanto a la relación de las estrellas de rock con la autodestrucción.

Estaban los que cayeron, como Jim Morrison, Jimi Hendrix o el tío de Nirvana. O los que se rehabilitaron, como Lou Reed o los Stones en bloque. Pero lo de McGowan debería estudiarlo la ciencia médica. Tantos años intentando meterse en una tumba sin conseguirlo deberían hacerle merecedor de algún premio.

Eso sí,  hace poco,  Shane decidió arreglarse por fin los dientes, en España para más señas. No es que ahora sea Cary Grant precisamente, pero la cosa ha mejorado.

Enlaces y videos:

The Pogues en la Wikipedia

Videos de Youtube:

– Waxie’s Dargle:  Con este video saltaron a la fama en Inglaterra. Algún viejo aficionado al folk todavía se está recuperando del shock.

– Lullaby of London: Una bonita balada, presentada además por un colega de la banda. Un tal Joe Strummer.

– The Turkish Song of the Damned: Una de piratas. Y de fantasmas. Con un comienzo de lo más prometedor:

“I come my friend from hell tonight across the roaring sea,

Nor the nails of the cross nor the blood of Christ,

can bring you help this eve…”