Martes y trece, no me caso, pero me embarco

Pues ha querido la casualidad que con un proyecto profesional zarpemos justo este día. Y a los componentes del proyecto no sólo no nos ha molestado, sino que hasta nos ha hecho gracia. Así que metafóricamente, hemos soltado amarras, hecho no sé qué que hay que hacer con los trinquetes de proa (¿qué serán los trinquetes de proa?) y hemos cargado el barco.

Y estamos ya en el agua. Cosa que parecía muy lejana, hace un par de meses. Hay quien ya se ha dejado el lomo, y de qué manera, y para el resto ahora es cuando viene lo más complicado.

Martes y trece, un día tan bueno como cualquier otro.